domingo, 4 de agosto de 2013
Edgar Allan Poe
Eldorado
Brillantemente ataviado, un galante caballero,
viajó largo tiempo al sol y a la sombra,
cantando su canción, a la busca del Eldorado.
Pero llegó a viejo, el animoso caballero, y
sobre su corazón cayó la noche porque en ninguna
parte encontró la tierra del Eldorado.
Y al fin, cuando le faltaron las fuerzas, pudo
hallar una sombra peregrina. —Sombra, —le
preguntó —¿dónde podría estar esa tierra del
Eldorado?
—«Más allá de las montañas de la Luna, en
el fondo del valle de las sombras;
cabalgad, cabalgad sin descanso —respondió la sombra, —si
buscáis el Eldorado...».
(Poemas)
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