miércoles, 28 de diciembre de 2011
Fernando Pessoa
Me irrita la felicidad de todos esos hombres que no saben que son desgraciados. Su vida humana está llena de todo cuanto constituiría una serie de angustias para una sensibilidad verdadera. Pero, como su verdadera vida es vegetativa, lo que sufren pasa por ellos sin tocarles el alma, y viven una vida que se puede comparar únicamente con la de un hombre con dolor de muelas que hubiese recibido una fortuna, la fortuna auténtica de estar viviendo sin darse cuenta; el mayor don que los dioses conceden, porque es el don de ser semejante a ellos, superior como ellos (aunque de otro modo) a la alegría y al dolor.
Por eso, a pesar de todo, los amo a todos. ¡Mis queridos vegetales!
(SEIX BARRAL/ LIBRO DEL DESASOSIEGO/ F. PESSOA/ PÁG. 81)
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Es buenísimo Jesús, cada vez que leo a Pessoa es una inyección de adrenalina.
ResponderEliminarDurante muchos años también amé a todos, pero no sé que me pasa que no dejo de estar en alerta y a veces atacando, será que Pessoa veía vegetales y yo veo leones donde no los hay.
Besos.
Sí, Lourdes, es superior, es uno de esos textos que te arranca un: -¿Por qué no se me habrá ocurrido a mí?
ResponderEliminarVes, que no es poco, y bien lejos que te alcanza la vista: has sabido ver esto (el texto de Pessoa). Quizás, la de ahora, sea otra forma de amar, una más serena; más pura...
Un beso.