sábado, 25 de mayo de 2013

Buda Gautama



Un elefante, por ejemplo, vive en perfecta armonía con la naturaleza; en un nirvana imperturbable. Buda quería equipararnos a ellos, o a cualquier otro ser vivo. ¡Qué insensatez! Sus pretensiones equivaldrían a pedirle a un loco que dejara de pensar en la luna; a exigirle al grajo que dance con la majestuosidad del cisne.

No hay comentarios:

Publicar un comentario