jueves, 11 de noviembre de 2010

Camilo José Cela



Voz de él:

A las mujeres no les llega al corazón el calor de otro corazón que arda por su cariño; les impresiona el hombre adulto, el animal macho, aunque esté vacio de ternura, aunque sea incapaz de levantar la brisa con un beso, de dejarse morir de desesperación por una mirada. No ven sino el marchamo, la etiqueta. ¿Es un hombre? Sí. ¿Tiene treinta años? Sí. ¿Tiene 1,80 de estatura? Sí. ¡Pues adelante!

Voz de ella:

Los hombres y las mujeres no nos entendemos; nos queremos, a veces hasta con apasionamiento, con furia, y somos capaces de dejarnos matar por un amor, de quitarnos la vida por una desilusión; pero jamás llegamos a comprender a la persona por la que nos sacrificamos. Ni ella llega tampoco a entendernos a nosotros. Somos muy diferentes. A un hombre y a una mujer los une un beso, una mirada tan sólo; pero la conversación... No puede hablarse con un hombre a quien desearíamos besar, con un hombre a quien quisiéramos fundir en un abrazo y decirle:

-¡No, no te separes jamás de mí; apriétame contra tu pecho; prefiero la muerte a tener que levantar la cabeza de tu hombro un solo instante!


(RBA/ PABELLÓN DE REPOSO/ PÁGINAS 47, 54)

No hay comentarios:

Publicar un comentario